La última entrega de Christopher Nolan, Inception (El Orígen en Latinoamérica), invita al espectador a verla más de dos veces, dada la complejidad de su trama, que rememora a su antecesora, Memento (2000).
Nolan trata de reproduccir fielmente un mundo de sueños, situaciones contradictorias, barullo y frenetismo, calles plegables, y una lógica irreal. Pero, la verdadera novedad de Inception es el concepto impreso en la estratificación de los sueños dentro de más sueños y sus continuos paralelos, cediendo adictivamente a notables secuencias de acción e intriga con actuaciones por encima de lo aceptable.
La trama central es novedosa pero confusa, girando en torno a un puñado de profesionales altamente capacitados comandados por Dom Cobb (Leonardo DiCaprio) quienes pueden irrumpir en las mentes de sus objetivos para dormirlos, y extraer sus pensamientos para acometer los mayores robos posibles, tangibles o no, de la forma más elegante e imprevisible.
Quizas el argumento en si, colmado de tanto vértigo e imagenes superpuestas para conformar un poderoso primer plano, impiden a éste magestuoso grupo actoral mostrar lo mejor de si, es por eso que Inception, fuera de su correcto juego de imágenes y su impresión metafísica, que la hace arriesgada y sobria, no llega a ser una obra maestra como si lo fueron The Dark Knight o Memento, pero aún así le alcanza para ser una de las mejores películas del año.
"Gracias a los sueños cualquier cosa parece posible"
0 críticas cinéfilas:
Publicar un comentario
Gracias por comentar esta nota. Antes de hacerlo, considera lo siguiente:
Los comentarios deben estar relacionados con el tema de esta entrada. No se permitirán insultos ni agravios personales. Los comentarios fuera del tema u ofensivos serán eliminados.
Mr.D no se responsabiliza por los comentarios que aquí se publican, ellos son autoría de cada usuario.