The Dark Knight

Dark Knight es una película que todo amante del cine de super-heroes, o no, definitivamente debe ver. Está destinado a ser un clásico y no será una sorpresa si ya lo és.

Al igual que la primera, ésta es una película que nos hace creer verdaderamente que Batman existe, fuera de la ficción. Gotham City no es un orbe vampiro-gótico, es la ciudad de Chicago, vista a través de un cristal oscuro y turbio. Esta atmósfera que despiadadamente caracteriza la "ciduad gótica" y que hace a la película visualmente genial.

Mención aparte la notable realización de los personajes. Perdurables e icónicos.

Con The Dark Knight, las situaciones en que The Joker pone a Batman y a los civiles no solo son originales, también genuinos.Un ejemplo de audaz originalidad en ésta película de situaciones es la escena en donde batman debe tomar a los payasos-policias que cree son los malos pero en realidad son los rehenes.

La performance de Heath Ledger es notable, su mejor actuación, pero penosamente la última. Gyllenhall hace una mejor sustitución de la opaca Katie Holmes en la primera, y Gary Oldman como siempre, sutil y preciso.

La verdadera sorpresa fue Aaron Eckart (Harvey Dent). Ya hemos visto a dos caras antes, pero nunca realmente se parecía a lo que es una deformidad facial y ser vista con tal realidad. Eckart pudo crear un  galan y un monstruo a la vez.

A su vez, el director, Christopher Nolan es capaz de individualizar el éxito de la épica y lleva al espectador a través de una amplia gama de experiencias emocionales. La culminación de toda la incertidumbre, la ambigüedad y la pseudo moral conforman The Dark Knight una de las experiencias más gratificantes del cine actual.